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BLues Brothers

  • Foto del escritor: David
    David
  • 15 may 2018
  • 3 Min. de lectura

En 1980 la creatividad, la diversión y los excesos estaban a la orden del día. La fugaz Era Disco se venía abajo, pero aún le quedaba un breve periodo de esplendor antes de que sus víctimas comenzaran a derrumbarse. Sólo en un momento como aquel pudo surgir una película como Granujas a todo ritmo, titulada originalmente The Blues Brothers.


En la actualidad, la comedia cinematográfica todavía se nutre de los cómicos surgidos del programa televisivo Saturday Night Live, pero en sus comienzos –segunda mitad de los 70–, el show y sus actores gozaban de una celebridad que cerca estaba del fenómeno social. Entre los sketches más populares del programa estaban los protagonizados por una banda de blues y soul, encabezada por una extraña pareja vestida como si fueran agentes del FBI.

Los hermanos "Joliet" Jake y Elwood Blues estaban interpretados por un John Belushi en su febril apogeo y por su compañero de fatigas, Dan Aykroyd, inusitadamente delgado. Sus números televisivos eran una perfecta combinación de humor y buena música. Con un vigor fuera de cualquier duda, el dúo realizaba versiones de clásicos del rhythm 'n blues y, de paso, reivindicaba el blues y el soul en plena marea discotequera.


Si nos fiamos de los archivos televisivos, los Blues Brothers nacieron el 17 de enero de 1976, con Belushi cantando y Aykroyd a la armónica, en un sketch en el que aparecían disfrazados como abejas y eran acompañados musicalmente por el mismísimo Howard Shore.

Según cuenta la leyenda, el verdadero fan de la música negra era Aykroyd, cuya otra pasión, la parapsicología, tuvo mucho que ver en su futuro éxito Los Cazafantasmas. Fue el actor canadiense quien inculcó a John Belushi su amor por los clásicos del blues y el soul.



Granujas a todo ritmo es un film extraño, muy propio de sus protagonistas, de su director y de su época. Se trata de una comedia extraordinariamente bien dirigida, que combina realismo –los entornos urbanos de Chicago– con extravagancia de tebeo y dibujo animado.

El film cuenta con altas dosis de acción y destrucción, en especial las relativas a vehículos. Conviene recordar que John Landis comenzó en el cine como especialista. Fue, además, una película de presupuesto más que holgado, pero no por ello convencional. A decir verdad, resulta dudoso que hoy en día los productores se atrevieran a arriesgar su dinero con un film de estas características.


Por otro lado, no conviene olvidar los problemas que entrañó su rodaje. De hecho, circulan numerosos rumores en torno a las aparatosas discusiones entre Landis y Belushi debido a la drogadicción de este último.Esos problemas continuaron en la postproducción. La excesiva campaña publicitaria intimidaba a Belushi, empeñado en la idea de que los Blues Brothers se convirtieran en auténticas estrellas de rock, más allá de la pantalla. A estas alturas, la película es recordada y venerada por diversas razones, en especial por el carisma de John Belushiy por su espectacular banda sonora. Pero hay algo más.

Granujas a todo ritmo es, entre otras cosas, un musical, y en él aparecen con papeles secundarios mitos como Aretha Franklin, Cab Calloway, James Brown, Ray Charles y John Lee Hooker.





Habrá a quien le pueda parecer indignante que tan enormes artistas figuren como comparsas de dos cantantes tan limitados como Belushi y Aykroyd, pero eso forma parte de la particular extravagancia de esta producción.

Calificada como excesiva, caótica, carente de alma o incluso de propósito, lo cierto es que ya hace décadas que Granujas a todo ritmo es una película de culto, lo cual equivale a decir que ya es impermeable a las críticas.

Aunque la muerte de John Belushi en 1982 acabó con la pareja cómica que formaba con Aykroyd, los músicos de la banda todavía siguen actuando en conciertos por medio mundo.

 
 
 

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